158/613 – No bebeís vino ni alcool

Yaakov, Béla Orbán

 

"Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra, cuando hubiereis de entrar en el tabernáculo del testimonio, porque no muráis: estatuto perpetuo por vuestras generaciones…"

(Levítico 10:9)

 

Fue defendido a los Cohenes de entrar en el Santuario, en el lugar de su ministerio bajo la influencia de alcohol.

"...Y para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio" (verso 10)

 

Esta ley es siempre de actualidad cuando alguien es encargado de tomar una decisión o de juzgar según la Ley o cuando enseña la Ley.

 

¡Esta ley es válida para nosotros hoy más que nunca!

¿Por qué?

Porque simplemente no son las sustancias químicas tales el alcohol o las drogas que sean capaces de emborrachar, de degradar la lucidez y el sentido de responsabilidades, sino también hay muchos medios de manipulación tales los desbordamientos de alegría, la adoración, las confesiones positivas, etc.

¡Entre éstos medios encontramos métodos de manipulación como las alabanzas y las danzas qué favorecen en muchos un estado de felicidad ilusoria bajo el efecto del cual ¡está PROHIBIDO presentarse delante de Dios, o efectuar cualquier servicio en el nombre de Cristo!

 

Los métodos de desbordamientos de alegrías y de exaltaciones son innumerables en nuestros días. 

Totalmente como lo son los medios de embriaguez y de aturdimiento de la falsa carismática así como de sus falsos espíritus que afluyen por ella para reinar sobre los fieles.  

 

El consumo moderado de alcohol es naturalmente autorizado aparte del servicio. 

¿Pero un siervo de Dios verdadero tiene tiempo libre? ¿No debe siempre estar en alerta para poder entrar en acción a cada momento? 

¿O posible que muchas almas van a perderse a causa de nosotros?

 

 

Traducción del húngaro: Richard (Zeev Shlomo) 

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